El equilibrio entre dos polos

Trastorno Bipolar

Cuando hablamos del trastorno bipolar tenemos como principal característica los cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y la actividad de la persona que se enfrenta a esta enfermedad mental, es decir, que las personas experimentan episodios de depresión, en los que se sienten tristes, sin energía y desmotivados; y episodios de manía o hipomanía, en los que se sienten eufóricos, llenos de energía e hiperactivos. 

Aunado a esto, existen varios tipos del trastorno bipolar, en los que los síntomas serán diferentes, así como su diagnóstico y tratamiento. Los tipos son: trastorno bipolar I, Trastorno bipolar II, trastorno ciclotímico y trastornos bipolares no específicos.

Trastorno bipolar I

Se caracteriza por manías muy intensas y duran largos periodos de tiempo; por lo que la persona exhibe euforia exagerada, obsesión por una idea fija y un estado anormal de agitación y delirio. Regularmente el sujeto muestra muchas ideas en mente y ciertas disconformidades con las normas. En ocasiones estos síntomas pueden acabar con la persona en el hospital.  

Todo esto puede llegar a repercutir en su rendimiento académico, pues estos cambios en su estado de ánimo afectan la capacidad de concentración, la motivación y la capacidad de completar sus tareas escolares además de las dificultades o inclusive ausencia de organización, dificulta la asistencia a clases, el seguimiento de tareas y planear adecuadamente su aprendizaje.

Trastorno bipolar II

Se caracteriza por un equilibrio entre los períodos de hipomanías y depresión. La hipomanía es el estado de euforia mental, caracterizado por niveles exorbitantes de energía, desinhibición, es decir, que actúan sin vergüenza y por impulso irracional, sin embargo son propensos  a la irritación.

De la misma manera, el trastorno bipolar tipo II afecta el aprendizaje y rendimiento académico ya que durante los períodos depresivos la persona experimenta falta de motivación y dificultad para encontrar placer o interés en las actividades diarias, incluido el aprendizaje. Por otro lado os en los episodios hipomaníacos, la excitación excesiva y la impulsividad pueden dificultar la concentración en las tareas académicas.

Agregado a esto, el trastorno puede afectar el patrón de sueño, ya sea por la depresión o  por la hipomanía, de modo que la falta de sueño adecuado puede afectar negativamente el aprendizaje y la capacidad de retener información.  Adicional a ello muestran negatividad, fatiga, somnolencia o pensamientos suicidas.


Trastorno ciclotímico 

Pude o no considerarse un tipo de trastorno bipolar, es más difícil de diagnosticar, se caracteriza porque la persona puede sufrir períodos de hipomanía y depresión, pero leves a comparación del ya antes mencionado tipo II; sin embargo no existen ideas suicidas, comportamiento antisocial o actividad que pone en peligro la vida de la persona.

Se caracteriza por altibajos emocionales, como optimismo seguido por capítulos de negatividad. En ocasiones, y especialmente con la edad, la ciclotimia puede disminuir e incluso muchos pacientes dejan de tomar medicamentos y llevan una vida sana y emocionalmente estable.

No obstante, la inestabilidad emocional, los cambios de humor interfieren en la concentración, el provecho y estímulo por aprender.

Trastornos bipolares no específicos

Incluyen trastornos inducidos por sustancias o medicamentos, trastornos relacionado a otro padecimiento médico, entre otros.

Incluso con tratamiento, los síntomas del trastorno bipolar pueden ser difíciles de controlar y en el ambiente escolar pueden ser un gran desafío. Los profesionales educativos deben estar al tanto si alguno de sus alumnos presenta este trastorno e informados acerca de lo que pueden hacer para ayudar. Así como colaborar con padres de familia por el bienestar y aprendizaje de sus estudiantes.

¿Qué adaptaciones se pueden hacer en el aula y contexto escolar?

  • Reducir las tareas escolares o extender el plazo de entrega.
  • Permitir que se incorpore a la clase más tarde si está cansado o sin dormir por la noche.
  • Asignarlo a una grupo pequeño y reducir las distracciones para que el estudiante pueda concentrarse.
  • Permitirle acceso cada que sea necesario al baño, al dispensador de agua o que salga un poco a caminar.
  • Ser tolerantes con la cantidad de faltas, por la severidad de los síntomas o por las visitas a un profesional en el trastorno.

¿Qué pueden hacer los docentes?

  • Deben estar al pendiente de los cambios extremos en el comportamiento de sus alumnos y de cualquier signo de pensamientos suicidas. Así como dar aviso a padres, tutores o profesionales.
  • Proporcionarles esquemas de trabajo y horarios flexibles, resaltar sus conductas positivas e integrarlos a las actividades grupales.
  • Crear un ambiente seguro para que ellos puedan estar ahí cuando atraviesen una crisis.
  • Ser empático y no restarle importancia a la salud mental de todos y cada uno de sus dicentes.

Conclusión

Padecer algún trastorno es difícil de sobrellevar para cualquier persona y a cualquier edad, el trastorno bipolar puede afectar significativamente la vida cotidiana de las personas que lo padecen, así como sus relaciones interpersonales, su rendimiento académico o laboral y su calidad de vida en general. Sin embargo, con el tratamiento adecuado que incluye medicamentos, terapia psicoterapéutica y estrategias de autocuidado, muchas personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida plena y funcional. El apoyo de profesores y familiares es fundamental para que un estudiante con bipolaridad se desempeñe normal y exitosamente en la escuela. 




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